La terraza de la SER suele ser un lugar de peregrinación para cualquier periodista ilusionado por ejercer. Es ese sitio mítico en el que Iñaki Gabilondo preparaba su voz antes del directo. Un paisaje a salvo de ruidos, La Meca de los enamorados de la radio.
Hoy me encuentro aquí como entrevistada, no como profesional, aunque siento el mismo agradecimiento. Gracias vida. Gracias destino. La emoción se me aglutina.
Siempre es un placer volver a estar en el aire.